En el proceso de introducción y adaptación a la nuevas etapas, los papis debemos preocuparnos no sólo de qué alimentos son los más aconsejados y cuál es la mejor dieta posible, sino también de inculcarles y enseñarles hábitos y prácticas saludables; en definitiva debemos enseñarles a comer correctamente. Para ello ten siempre en cuenta:
- La alimentación debe ser variada y equilibrada: en la dieta del pequeño deben estar representados todos los alimentos que contribuirán a su correcto crecimiento; las carencias o déficits de algún nutriente pueden provocar el desarrollo futuro de enfermedades tales como la obesidad, diabetes…
Tu pequeño debe tomar a diario: cereales, frutas, a razón de tres raciones/día, verduras (2 raciones), carne, pescado, huevos (unos 20 gr diarios hasta el año de edad), lácteos (en torno a 500 ml). - Dale agua poco a poco durante el día, a partir de comenzar la introducción de los alimentos, intenta que sea entre 800-1000ml diarios hasta el año de edad. Procura además que el menú sea variado: planifica la semana, haciéndolo variado y divertido, evitarás el aburrimiento del pequeño y de paso el tuyo.
- Mantén unos horarios fijos a la hora de las comidas: intenta que no pasen más de tres horas entre comida y comida y procura que siempre, estéis donde estéis, se mantenga esta rutina; a veces por nuestro ritmo de vida esto nos resulta complicado, pero aunque no te lo parezca, es de lo más importante si quieres que tu bebé coma bien y aprenda a comer de todo en las horas que le toque.
Establecer horarios tiene ventajas para vosotros y el bebé:
• Tu bebé hará 5 comidas al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) lo que ayuda a su correcta digestión y metabolismo; si fuera necesario puedes antes de dormir darle una toma más de leche.
• Evitarás los picoteos porque no tendrá hambre entre comida y comida y no habrá necesidad de ello.
• Previenes la obesidad de tu niño; come lo que necesita en cada momento. - Somos el espejo en el que se miran nuestros hijos: intenta ser el ejemplo a seguir; de tus hábitos y costumbres dependerán los suyos, así que haz un esfuerzo y come sano, come variado y conseguirás que ellos lo hagan.
- Ayúdales a crecer: si tu bebé está preparado, enséñale y déjalo usar solito la cuchara, el vaso, el tenedor… Emplearás más tiempo, manchará muchísimo más pero reforzarás su seguridad y autonomía para un futuro.
- Sé paciente y crea un ambiente relajado a la hora de la comida: no todos los niños comen de maravilla y sin problemas, es una realidad que las horas de las comidas pueden suponer una batalla desesperante que terminaréis perdiendo las dos partes si no conseguís entenderos.
- Si es tu caso y tu bebé no quiere comer:
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- Ármate de paciencia, dale tiempo, no grites ni gesticules exageradamente, crea un ambiente tranquilo, que entienda que es un momento placentero y no de tensión.
- La televisión no es tu amiga: lo distraerá de tu objetivo principal, que es que coma bien, y sólo conseguirás alargar más tiempo del debido la comida.
- La comida a la fuerza nunca entra: si lo obligas, lo castigas o lo amenazas, el niño asociará el momento de comer con algo desagradable que siempre tratará de evitar; si no come algún alimento, tranquilo/a, espera unos días hasta volvérselo a ofrecer; si te rechaza la comida, dale un tiempo, y si no, retírale el plato tranquilamente, haciéndole entender que no pasa nada pero que no hay nada más hasta la siguiente toma.
- Utiliza el refuerzo positivo: si se lo ha comido todo, si ha comido solito, si en definitiva lo ha hecho bien, prémialo y demuéstrale con tu cariño que ese es el camino.
- Los niños tienen fases y etapas, si está malito /a, creciendo, le va a salir un diente… Observarás que dejan de comer; ofrécele en ese momento alimentos que les resulten atractivos y apetecibles y espera unos días, si la situación no cambia, entonces consulta con su pediatra.
- Nunca pierdas la sonrisa: ofrécele la mejor de ellas a tu bebé, háblale con calma y suavidad, es la clave para ganar esta “guerra”.
- 8. El ejercicio físico desde pequeños: intenta inculcarles la práctica del ejercicio y de mantenerse activos, juega con ellos y practica deporte y actividades que sean divertidas y les ayuden a crecer más sanos. Cuando sean mayores te lo agradecerán.
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