A partir de los 6 meses aproximadamente iremos observando la mayor autonomía del pequeño en cambios muy evidentes como la posición cada vez más erguida, el mantenimiento por si solo de su cuello, la aparición de los primeros dientes o la mayor atención del bebé por nuestra comida. Si eso es así es un buen momento para introducir la cuchara.
- Intenta que la cuchara sea la adecuada, flexible y blandita, las ideales de silicona, para facilitarle la labor y no hacerle daño en la boquita.
- Ir muy poco a poco: la toma con la cuchara puede prolongarse más tiempo, mucha paciencia, sobre todo al principio. No le deis grandes cantidades que puedan hacer que se atragante o tome aire.
- Tened al bebé en una posición correcta: usad la trona, mantenedlo erguido. Ayudará al pequeño a tragar mejor y empezarás a enseñarle cómo debe sentarse a la hora de comer.
- Aumentad la cantidad de sólido gradualmente: Lo mejor es empezar poniendo más líquido en la cuchara y conforme vayáis evolucionando poner más sólido o texturas más grumosas.
- Intentad sentarlo en la mesa con vosotros; intentad adaptar vuestro horario y el suyo, para que la alimentación y este nuevo paso se conviertan en un momento de relax y no de rechazo.
Si aún así rechaza la cuchara: no insistáis y esperad unos días para volver a intentarlo, al final todos terminan haciéndolo, pero cada niño tiene su proceso y evolución.